Hoy sentí que tenía ganas de contarle a todo el mundo lo fracasado que creo que soy, pero sin que creyeran que intentaba dar lástima y sin que procuraran consolarme. Y eso que no creo en el fracaso... claramente hoy no fue el mejor día.
A un amigo le dije que no siempre se trata de buscar la felicidad, sino de buscar cosas con las cuales uno se sienta cómodo en todo momento, también cuando generan sufrimientos. Que sufriendo por amor estoy normalmente cómodo. Eso sí, en este día hubiera preferido una tregua. Es difícil no poder discernir si el problema son las cosas que me preocupan o la falta de los abrazos y las palabras que los aplaquen.
Últimamente digo poco, inclusive por este medio. Tengo una extraña sensación, como de haber dicho todo. Estimo haber llegado al punto crítico en el cual nada más puedo decir que aporte a que algo cambie. Si quiero modificar algo debo hacerlo por otros medios, y me he vuelto más callado. Cuando digo más palabras, carecen de contenido.
Ahora lo más paradójico, si pudiera cambiar todo en un simple acto, sospecho que realmente no sabría qué cambiar o siquiera si deseo hacerlo. Sí, antes unas cuantas cosas parecían mejores, pero ¿y si llegaron a ese punto en el cual, como una obra de arte, ya no hay que tocarlos más porque seguir esculpiendo sería comenzar a arruinarlos?
Soy obsesivo, extremista y excesivo, puede que la vida esté eligiendo por mí los puntos de inflexión para que no transforme a los hechos agradables en algo nefasto.
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